La República de Haití, que comparte territorio insular con República Dominicana, continúa sumida en la inestabilidad política y en una crisis social profunda, donde todos los males parecen haberse juntado, al tiempo que todas las voces parecen haberse callado y todos los oídos cerrados, para no ver ni escuchar lo que allí está ocurriendo.
La República de Haití, cuya
extensión territorial y cantidad de habitantes son similares a las de Ruanda y
Burundi (alrededor de 27 mil kilómetros cuadrados y 11 millones de habitantes),
allá en África Oriental, en la región de los Grandes Lagos, espera por la ayuda
sincera de alguien que quiera socorrerla y ayudarla a salir del marasmo en que
se encuentra.
En medio de las tinieblas, una
luz parece verse en el horizonte, la cual proviene de África, desde donde vino
Haití. Esa luz, en voz del presidente de Kenia, William Ruto, trae un mensaje
esperanzador. Ruto, durante la 38° Asamblea Ordinaria de la Unión Africana
realizada en Addis Abeba (capital de Etiopía), el pasado 16 de febrero, propuso
que Haití fuese reconocido como la sexta región de África, tomando en cuenta
los lazos culturales e históricos que existen entre este país caribeño-insular
y el continente africano.
Sin duda que la propuesta del
presidente de Kenia es de gran importancia en estos tiempos que transcurren, y
tiene como primer objetivo generar una Declaración de Solidaridad de la Unión
Africana para con Haití, para luego dar lugar a una ayuda concreta dirigida a
todo el pueblo haitiano.
África, continente en pleno
crecimiento, tanto económica como demográficamente, con 54 Estados
independientes, tiene cada vez más presencia en el mundo. La membrecía de
países como Sudáfrica, Etiopía, Egipto y Uganda en el grupo de los BRICS, ya es
de por sí una muestra de ello. Que la Unión Africana, en un futuro, pueda
acoger a Haití y hablar en su nombre, marca una dimensión diferente y
prometedora.
Por Alfredo Portillo
alportillo12@gmail.com