Durante lo que va de este año 2024, el mar Rojo ha sido noticia. Este espacio marítimo, de unos 450 mil kilómetros cuadrados, ubicado entre África nororiental y Asia suroccidental, es paso de tránsito comercial entre los estratégicos estrecho de Bab el-Mandeb y canal de Suez.
Barcos, buques y tanqueros que utilizan esta ruta para navegar, han Sido objeto de interceptaciones y ataques por parte de la milicia huti, del movimiento islamista Ansar Alá (Partidarios de Dios), atrincherada en territorio de la República de Yemen.
Los líderes de Ansar Alá han justificado estas acciones de guerra, especialmente contra naves de Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel, como muestra de apoyo a los habitantes palestinos que luchan contra tropas israelíes en la Franja de Gaza.
Esta milicia huti, conformada por miembros de la comunidad chiita de los zaidies, forma parte de lo que se conoce como el Eje de la Resistencia, impulsado por Irán, con bases en Líbano, Irak y Yemen, en lucha frontal contra las potencias occidentales y contra grupos como Al Qaeda, Estado Islámico y organizaciones wahabistas apoyadas por Arabia Saudita.
Es evidente que la presencia de los huties de Ansar Alá en el mar Rojo, con cada vez más organización, poder político y poder militar, está reconfigurando el escenario geopolítico del comercio marítimo internacional. Así que, las palabras Yemen, Ansar Alá, huties y zaidies ya no serán más una curiosidad, sino más bien, una realidad presente.
Por Alfredo Portillo
alportillo12@gmail.com
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