A menudo lo religioso es ignorado en el pensamiento militar y estratégico occidental, sin tomar en cuenta, por ejemplo, el papel espiritual y temporal que en la República Islámica de Irán cumple el imanato, como instrumento de movilización, de reclutamiento y de fidelización de los jóvenes y menos jóvenes para adherirse a una ideología, en el marco de la estrategia militar desplegada por los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria en la nación persa. Este aspecto es analizado por Fatima Moussaoiu en su artículo “Données culturelles et stratégies militaires : autor de la notion de l’imamat dans l’Iran contemporain”, publicado recientemente en www.diploweb.com.
Como se sabe, a partir de la revolución islámica dirigida por el Ayatolá Ruhollah Jomeini en 1979, en lo que es actualmente la República Islámica de Irán se instaló un imanato, dirigido por un imán o jefe supremo, considerado un experto en los preceptos del islam e infalible, como representante de Dios, quien es al mismo tiempo líder religioso y líder político. En la actualidad el jefe supremo es Alí Jamenei, quien desempeña tales funciones desde 1989.
Los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria fueron creados por Jomeini al llegar al poder, a fin de contar con una guardia fiel a él y a la revolución islámica, conformada desde entonces por todos los miembros de la nación iraní que voluntariamente quieran incorporarse, poseídos de una vocación de misioneros y de capacidad de sacrificio en nombre de una causa justa.
En tal sentido, los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria,
como protectores y defensores del imanato iraní, se proyectan también más allá
de las fronteras, siendo el sostén de lo que se ha dado en llamar el ‘eje de la
resistencia’, con bases en Libano, Iraq, Siria y Yemen, influyendo también en
todos los territorios de naciones musulmanas donde hay minorías chiitas.
Alfredo Portillo
alportillo12@gmail.com
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