En la República Federal de Alemania existe en la actualidad un dilema que tiene tres letras: AfD. Estas tres letras significan Alternative fur Deutschland (Alternativa para Alemania), que viene siendo el nombre de un partido fundado en el año 2013, y que es calificado de extrema derecha.
Este es un caso que ejemplifica muy bien las implicaciones
geopolíticas que puede tener un evento o proceso surgido en el contexto
territorial de una sociedad, con impacto
en otros territorios. Y es que AfD se ha convertido en un verdadero dilema en
Alemania. La razón es muy sencilla: su apoyo entre los alemanes ha venido
creciendo de manera sostenida, al punto de haber alcanzado el 20 % a nivel
nacional y el 30 % incluso en algunas regiones.
El asunto es que los planteamientos que ha hecho AfD son
básicamente dos: un rechazo severo a los inmigrantes que ya se encuentran en
Alemania y a los que aspiran llegar, y un cuestionamiento al papel que hasta
ahora ha venido jugando Alemania en el seno de la Unión Europea, al punto que
son partidarios de la salida del país germano de esta alianza de países.
Así las cosas, sectores de la sociedad alemana se han
manifestado a favor de la prohibición de AfD, por considerarlo de extrema
derecha y neonazi, lo que viene a contradecir el carácter de Alemania como país
democrático, donde existe la libertad de asociación y de expresión.
En el caso de que AfD llegue a convertirse en una fuerza
política con opción de gobierno en Alemania, sin duda que provocaría un
terremoto político, social y económico en la Unión Europea. Nada más imaginar a las fronteras alemanas cerradas
para los inmigrantes, o una economía
alemana que deje de ser la locomotora de Europa. Sin duda que un caos puede
vislumbrarse en el horizonte.
Por Alfredo Portilllo
alportillo12@gmail.com
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