En octubre de 2022 el Partido Comunista de China realizó su 20º congreso para, entre otras decisiones, renovar sus cuadros dirigenciales. Xi Jinping fue ratificado en los cargos de Secretario General y Presidente de la Comisión Militar Central, con lo cual se prepara para ser ratificado también como Presidente de esta gigante nación asiática.
Como parte de las reacciones a este acontecimiento, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, manifestó que la verdadera amenaza para la supremacía mundial del país norteamericano es precisamente China, por lo cual se aprestan para una nueva Guerra Fría que durará varios años.
El tema de China, por cierto, fue objeto de discusión, a comienzos de este noviembre, durante la cumbre de los ministros de relaciones exteriores del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) realizada en la ciudad de Munster, Alemania. La anfitriona fue la ministra alemana de relaciones exteriores, Annalena Bearbock.
Al tiempo que se realizaba la cumbre del G7, el Canciller alemán, Olaf Scholz, acompañado por una delegación de directores de empresas alemanas, viajó a China a reunirse con Xi Jinping, en procura de consolidar las alianzas económicas que se habían tejido antes del conflicto Rusia-Ucrania. Es obvio que este viaje de Scholz puede ser considerado como una acción audaz, en medio del contexto de la alianza Estados Unidos-Unión Europea, con lo que significa la economía alemana para la economía europea.
A todas éstas, no hay que olvidar que China, a través del grupo COSCO, pasará a tener entre el 25 % y el 30 % de las acciones del puerto alemán de Hamburgo, con lo que reforzará aún más su presencia en los puertos europeos. Porque a los puertos de Pireo en Grecia, y Trieste en Italia, se unirá ahora el de Hamburgo. Lo demás, está por venir.
Por Alfredo Portillo
alportillo12@gmail.com
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