En febrero de este año 2021 publiqué en esta página el artículo “Geoestrategia china: de Pireo a Trieste”, para mostrar un caso de la geostrategia que ha venido desplegando la República Popular de China, de control de rutas marítimas y puertos a lo largo y ancho de los mares del mundo. Y en abril de 2018 me referí a la “Globalización del poder militar de China”, en especial lo que compete a las fuerzas aéreas y navales.
Con todo su potencial económico y su creciente poderío militar, el gigante asiático se hace a la mar. Las rutas marítimas del mundo abren sus compuertas para darle paso a los barcos, buques y tanqueros que parten desde ---y llegan a--- los puertos de las costas chinas.
El estrecho de Malaca, que conecta el océano Índico con el mar de China, es una vía muy transitada, la cual será complementada con el futuro canal de Kra, al sur de Tailandia, para encadenar los puertos en las costas de Myanmar (Birmania), Bangladés y Sri Lanka, y seguir rumbo al puerto pakistaní de Gwadar, y adentrarse en aguas del golfo Pérsico y el mar Rojo, para cruzar luego el canal de Suez, y acceder al mar Mediterráneo (Europa!!!).
Desembarcando en los puertos de las costas orientales indicas africanas de Mombasa (Kenia), Dar es Salam (Tanzania) y Maputo (Mozambique), conectarán con la red de ferrocarriles en plena expansión, para penetrar África toda, hasta llegar a los puertos atlánticos africanos, rumbo a la América del Sur.
Y surcando las aguas del océano Pacífico, con el horizonte puesto en las costas pacíficas de las Américas, y cruzar el canal de Panamá y el futuro canal de Nicaragua, para complementar las exigentes travesías a través del Ártico, todo ese mundo en el extremos norte del mundo. El fin del mundo.
Por Alfredo Portillo
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