lunes, 26 de abril de 2021

Perú: el asalto a Lima


El 6 de junio de este año 2021 se va a realizar la segunda vuelta para elegir al próximo presidente de la República de Perú. Dos candidatos se disputan el principal cargo de gobierno de este país andino-sudamericano: Keiko Fujimori y Pedro Castillo. A escasas semanas de tal acontecimiento, sendas estrategias están en marcha, en procura de lograr el objetivo de pasar a controlar un país-territorio que, en sus 1,2 millones de  km²,  contiene bastas riquezas mineras, agrícolas, forestales,  pesqueras,  de biodiversidad, turísticas y de hidrocarburos. 
 
 


De resultar ganador Pedro Castillo, se habrá producido entonces lo que se podría llamar “el asalto a Lima”, no sólo porque esta ciudad capital es la sede del poder ejecutivo, la Casa de Pizarro, sino porque esta metrópoli se presenta como el principal foco de resistencia al empuje que, desde la provincia peruana, trae el candidato de Perú Libre. Como se sabe, en  la primera vuelta, Castillo ganó prácticamente en todo el territorio peruano, a excepción de Lima, ciudad ésta que concentra un tercio de la población peruana, por lo que, éste es el gran escollo a vencer.

El caso de Castillo es muy interesante desde el punto de vista de la estrategia electoral-territorial que se ha seguido. Él es un candidato que se formó en las luchas sindicales y campesinas en el norteño departamento de Cajamarca, y que fue postulado por el partido regional Perú Libre, fundado en el serrano departamento de Junín. En su apoyo se han sumado corrientes de extracción campesina, indígena, ambientalista y popular, de todo el Perú, que parecieran tener el firme propósito de confluir en Lima, para tomar el poder, por la vía de los votos. 

En cuestión de semanas, es posible que se produzca un significativo acontecimiento geopolítico, tanto a lo interno de Perú, como en el contexto andino y sudamericano en general.

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com

domingo, 18 de abril de 2021

Perú: ¿A los pies de Fujimori?

 Alberto Fujimori fue presidente de Perú durante una década: desde julio de 1990 hasta noviembre del año 2000. Elegido democráticamente en disputa por la presidencia con el escritor Mario Vargas Llosa, se convirtió luego en un gobernante de mano dura.  Su combate frontal contra los grupos armados Sendero Luminoso  y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, lo llevó a imponer un régimen autoritario y a cometer graves violaciones de los derechos humanos, entre otros delitos. Se puede decir  que Perú estuvo, durante esos años,  a los pies de Fujimori. 

 


 

Dos décadas después, cuando transcurren los días de abril de este año 2021, Fujimori, esta vez desde la cárcel donde purga condena,  contempla la posibilidad cierta de que Perú vuelva a estar a sus pies. ¿La razón? Bueno, su heredera política, Keiko Fujimori, va a disputar, el próximo 6 de junio,  en segunda vuelta,  la presidencia de Perú.

Ahora bien, eso de que Perú vuelva a estar a los pies de Fujimori, tiene un doble momento. En primer lugar, porque el contrincante de Keiko, el candidato Pedro Castillo, se ubica a la izquierda del espectro político, y ha presentado una oferta electoral que pudiera ser rechazada  por una buena parte de los peruanos, por lo que necesariamente tendrían que pensar en votar por la opción fujimorista, así no sea tampoco de su agrado. Y en segundo lugar, porque de salir triunfante Keiko, seguramente sería  indultado y obtendría la libertad, con lo cual podría cantar jaque mate.

El caso de Fujimori es un buen ejemplo de los ires y los venires de la política, de la lucha política más específicamente, en la que nunca está dicha la última palabra, y el resultado final y transitorio al mismo tiempo, depende en gran medida del entrecruzamiento de las circunstancias, de las estrategias y de los azares. Por ello, los herederos de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru,  esperan su momento, porque también en este caso, es posible que la última palabra aún no esté dicha.

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com

viernes, 2 de abril de 2021

El suajili y John Pombe Magufuli

John Pombe Magufuli (1959-2021) fue un político tanzano que nació el 29 de octubre de 1959 y falleció el 17 de marzo de 2021. Fue presidente de Tanzania  desde el 5 de noviembre de 2015, hasta el día de su muerte. Ganó la reelección  para un segundo mandato en octubre de 2020.

Su gestión ha sido considerada como una de las mejores  en el continente africano, caracterizada por una lucha frontal contra la corrupción, austeridad y cercanía con la gente. Algunos especialistas han calificado a Magufuli como un ejemplo a seguir por parte de los líderes políticos africanos. Incluso se habla de la necesidad de ‘magufulizar’ el continente africano. Su posición nacionalista y panafricanista destacan entre las líneas políticas e ideológicas a seguir.´

 


Es de destacar que los funerales a Magufuli se realizaron en lengua suajili, la lengua nacional y oficial de Tanzania, lo cual tiene un gran significado identitario,  principalmente para las sociedades de Tanzania y del resto de los  países del este y sur de África.

Los  representantes de los diferentes poderes públicos de Tanzania pronunciaron sus discursos de homenaje a Magufuli, en suajili. Algunos de los presidentes africanos que asistieron a los funerales, como el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, y el de Mozambique, Filipe Nyussi, también lo hicieron en suajili.

Por su parte, los discursos pronunciados por otros presidentes africanos, en otros idiomas, fueron traducidos simultáneamente, en  voz alta,  al suajili. Es el caso de los discursos de  los presidentes de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y de Malaui, Lazarus Chakwera, quienes hablaron en inglés, y el del presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, quien lo hizo en francés.

Los funerales a John Pombe Magufuli han significado, sin duda, un acontecimiento que sirve para mirar hacia atrás, y remontarse a 1964, año de la fundación de la República Unida de Tanzania (Jamhuri ya Muungano wa Tanzania), y recordar a su primer presidente, Julius Nyerere, quien decretó la ‘suajilización’ de la sociedad tanzana.

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com

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