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viernes, 25 de septiembre de 2020

Tanzania y la influencia del swahili en África Oriental

Lo que se considera la región oriental del continente africano está conformada por 18 países, y se extiende desde el norte de Sudán  hasta el sur de Mozambique, e incluye países insulares del Océano Indico, como Madagascar y Comores. Desde el punto de vista lingüístico destacan lenguas coloniales como el inglés, el francés y el portugués, y lenguas nacionales como el amárico, el somalí, el malgache y el swahili.

 


Es precisamente la última de las lenguas mencionadas, el swahili, la que ha tenido el  proceso evolutivo de difusión más interesante, desde que Tanganica alcanzó su independencia en 1961, para posteriormente conformar junto con Zanzibar, en 1964,  la actual República Unida de Tanzania (en swahili: Jamhuri ya Muungano wa Tanzania), con lo cual se dio inicio a un proceso de “suahilización”  de la sociedad tanzana, bajo la conducción del presidente Julius  Nyerere.

Durante ya más de cinco décadas el swahili ha logrado difundirse ampliamente hacia los países del área de influencia de Tanzania, como Kenya, Uganda, Ruanda, Burundi y la parte oriental  de la República Democrática del Congo, y es utilizado en las relaciones comerciales, culturales y políticas entre estos  países. De hecho, cuando los presidentes de estos países van de visita de Estado a Tanzania, el idioma que preferentemente utilizan en sus discursos es el swahili, y lo mismo ocurre cuando el presidente de Tanzania les retribuye la visita.

De hecho, la Unión Africana apoya que el swahili se convierta en una lengua franca en todo el continente africano, en respaldo a los avances que ha habido durante los últimos años, cuando la Comunidad de África Oriental la adoptó como lengua oficial, al igual que lo hizo la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional. Sin duda, un proceso geolinguistico de grandes implicaciones geopolíticas, como parte de la África que se está construyendo de cara al futuro.

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com

martes, 8 de septiembre de 2020

Elicura Chihuailaf y la insurrección mapuche

El reciente otorgamiento del Premio Nacional de Literatura de Chile al poeta y ensayista chileno-mapuche, Elicura Chihuailaf, tiene un gran significado, toda vez que se trata del primer escritor de origen mapuche que recibe este reconocimiento, por lo que también es un reconocimiento a la cultura mapuche, en un país donde una parte de la sociedad es bastante hostil hacia los habitantes de esta etnia.


Elicura Chihuailaf y la insurrección mapuche


Chihuailaf, quien ha creado su obra literaria  tanto en español como en mapudungún  (la lengua mapuche), considera que esta última, dada su carácter de lengua aglutinante, es más rica que el español para expresar algunas frases y expresiones. El piensa que el premio que se le ha concedido, es una oportunidad para iniciar un diálogo sincero y de mutuo reconocimiento entre la sociedad chilena y la sociedad mapuche.

Justamente, el premio a Chihuailaf llega cuando Chile vive momentos de tensión política, como extensión de las protestas y manifestaciones de violencia iniciadas en octubre del año 2019, y la agudización del conflicto en la región de La Araucanía, protagonizado por miembros de la comunidad mapuche, quienes exigen el derecho a sus tierras ancestrales, y por sectores gremiales y empresariales, específicamente los transportistas-camioneros y las empresas forestales.

En este sentido, resulta de interés tomar en consideración la visión que sobre la cuestión-conflicto mapuche tiene el historiador y antropólogo chileno José Bengoa, quien considera que en La Araucanía se está viviendo un proceso de descolonización en un territorio compartido. Para Bengoa, la población originaria mapuche quedó como población minoritaria, en comparación con la población que fue llegando y se fue asentando en territorio araucano, por lo que se fue produciendo un desconocimiento y un desprecio hacia el mundo mapuche, algo que no es plenamente comprendido por la clase política chilena y por la sociedad chilena  en general. Por su parte, el pueblo mapuche apuesta fuertemente a una nueva constitución en Chile, en la que sus derechos sean consagrados plenamente.

Por Alfredo Portillo

alportillo12@gmail.com