La República de Burundi es un pequeño país ubicado en la
región de los grandes lagos de África Oriental, con una superficie algo
superior a los 27 mil kilómetros cuadrados, y una población de unos 12 millones
de habitantes. Su ciudad capital es Gitega, emplazada en el centro del
territorio burundés.
En este país se realizaron elecciones presidenciales y
parlamentarias el pasado 20 de mayo,
resultando electo como nuevo presidente Evariste Ndayishimiye, del gobernante
partido CNDD-FDD (Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia - Fuerzas
para la Defensa de la Democracia), con el 71% de los votos, quien contará con
el respaldo del 70% de la Asamblea Nacional.
De esta manera el CNDD-FDD asegura la continuidad en el
poder de su proyecto, desde que el actual presidente, Pierre Nkurunziza, fuera
electo en el año 2005, signo indiscutible de estabilidad política, tan
necesaria para que los planes de evolución y desarrollo se puedan llevar adelante,
en un país como Burundi, cuyo Índice de Desarrollo Humano no llega a 0,500.
Una de las incógnitas del futuro político de Burundi es el
papel que la religión tendrá en su devenir, tomando en cuenta que el pueblo
burundés se caracteriza por su acentuada religiosidad, manifestada
permanentemente por su masiva presencia en los templos y actos religiosos,
tanto católicos, protestantes, musulmanes y animistas, como por la utilización
de un discurso religioso en los actos políticos, y de un discurso político en
los actos religiosos.
La muestra más palpable de lo anterior ha sido el discurso
religioso utilizado durante los últimos años, en los actos políticos, por el
presidente Nkurunziza, prominente miembro de la Iglesia Cristiana Evangélica La
Roca, quien el 14 de diciembre del año pasado inauguró una vistosa sede de esta
iglesia en Bujumbura, la ciudad más poblada de Burundi. Yesu ni umwami (Jesús
es mi señor).
Por Alfredo Portillo
alportillo12@gmail.com
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