El 18 de este mes de junio del 2020, en la ciudad de Gitega,
en la región de los Grandes Lagos, al este de África, fue juramentado como
presidente de la República de Burundi, Evariste Ndayishimiye, quien había sido
elegido el pasado 20 de mayo para regir los destinos de esta pequeña nación
africana. Le correspondía asumir el cargo en el
mes de agosto de este año, pero la súbita muerte de su antecesor, el
presidente Petero Nkurinziza, adelantó los acontecimientos.
Al observar las imágenes de la ceremonia de toma de posesión de Ndayishimiye, realizada en el Estadio Ingoma de Gitega, llena de fervor y colorido, con la presencia de representantes de otros países, todo hablado en kirundi, la lengua nacional de Burundi, no queda más que sentir alegría por tan significativo acto democrático. A esto se sumó, la presencia por algunos minutos, en la tarima donde se encontraba y había prestado juramento el nuevo presidente de Burundi, de Jakaya Mrisho Kikwete, quien fuera presidente de Tanzania desde el 2005 hasta el 2015, para dirigir en swahili unas palabras de apoyo y solidaridad, palabras que fueron aplaudidas por todos los presentes.
Al observar las imágenes de la ceremonia de toma de posesión de Ndayishimiye, realizada en el Estadio Ingoma de Gitega, llena de fervor y colorido, con la presencia de representantes de otros países, todo hablado en kirundi, la lengua nacional de Burundi, no queda más que sentir alegría por tan significativo acto democrático. A esto se sumó, la presencia por algunos minutos, en la tarima donde se encontraba y había prestado juramento el nuevo presidente de Burundi, de Jakaya Mrisho Kikwete, quien fuera presidente de Tanzania desde el 2005 hasta el 2015, para dirigir en swahili unas palabras de apoyo y solidaridad, palabras que fueron aplaudidas por todos los presentes.
La verdad es que no deja de sorprender la forma como se han
desarrollado los acontecimientos en Burundi durante los últimos meses. Nadie
pensaba, hace unos ocho meses, que Petero Nkurinziza iba a salir del escenario
político, se iba a apartar, para dar paso a una nueva etapa en la vida
democrática de Burundi. Murió a los 55 años, luego de haber luchado como
soldado en las guerras interétnicas burundesas en la década de los 90 del siglo
XX, y de haber tomado el poder en el año 2005, para ejercerlo hasta el día 8 de
junio del 2020, día de su fallecimiento en la pequeña ciudad de Karusi. La vida
y actuación política de Nkurinziza sin duda que será objeto de estudio y
análisis en los meses y años por venir. De seguro que será recordado por todos
los burundeses.
Por Alfredo Portillo
alportillo12@gmail.com