sábado, 16 de noviembre de 2019

En nombre del dios Rama


Uno de los temas más apasionantes de la geopolítica es el que tiene que ver con la geopolítica de las religiones, en tanto que es la manifestación de las rivalidades de poder en el territorio, en las que el factor religión tiene una influencia preponderante, tomando en cuenta que este factor, junto con los factores lingüísticos y étnicos, es de lo que más influye en la identidad y cohesión de los grupos humanos.



En este sentido, vale la pena hacer referencia al caso que recientemente fue noticia en la India. Se trata de la decisión que tomó el Tribunal Supremo de este país asiático, de conceder a los hindúes la construcción de un templo en honor al dios Rama, en un terreno de la ciudad sagrada de Ayodhya, ubicada a orillas del río Ghaghara, en el estado Uttar Pradesh, al norte de la India, justo donde se dice que nació  esta deidad.

El asunto es que este lugar sagrado también era reclamado por los musulmanes que habitan en la ciudad de Ayodhya, toda vez que allí,  en el siglo XVI, fue construida por Babur, el primer emperador mogol de la India,  la  mezquita  Babri Masjid, la cual fue parcialmente destruida el 6 de diciembre de 1992 por unos 200 mil manifestantes nacionalistas  hindúes.

Si se analiza en el marco del contexto geopolítico interno  de la India, el caso de Ayodhya puede ser interpretado como un éxito de los nacionalistas hindúes del Partido Popular Indio, cuyo jefe político es el primer ministro de la India, Narendra Modi. Y del lado de los musulmanes, simplemente es una derrota, la cual tienen que aceptar con resignación, en tanto que son la minoría en el estado de Uttar Pradesh, donde representan apenas el 10 % de la población. Un ejemplo más de los desenlaces que tienen las rivalidades de poder en el territorio.

Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve

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