Durante los primeros días del mes de octubre de 2019, el
mundo entero fue testigo de los intensos acontecimientos que sacudieron a la
República de Ecuador, como producto de las manifestaciones que protagonizaron
las comunidades indígenas, organizaciones políticas y sociales, y el pueblo en
general, en respuesta a las medidas económicas, laborales y tributarias que el gobierno presidido por Lenin Moreno quiso implementar, a través del famoso decreto 883. Tales acontecimientos,
con un alarmante saldo negativo en
muertos, heridos y detenidos, fue posible visibilizarlos, gracias a la cobertura que hicieron
principalmente medios de comunicación internacionales como DW, CNN, RT y
Telesur, y medios alternativos comunitarios apoyados en la tecnología de las
redes sociales.
Destaca, sin duda, el papel protagónico que tuvieron las
comunidades indígenas nucleadas en la CONAIE (Confederación de Nacionalidades
Indígenas del Ecuador) ---organización fundada en 1986---, que obligó al presidente Lenin Moreno a sentarse
a dialogar y a la postre derogar el decreto 883.
Los líderes de la CONAIE,
pertenecientes a diferentes nacionalidades indígenas, mostraron, aparte de una
inmensa presión en las calles, un discurso bien sustentado y coherente con
relación a sus demandas y exigencias. Fue notorio el hecho que, su mensaje no
iba dirigido únicamente a los pueblos indígenas, sino a todos los sectores de
la población de Ecuador, en particular a los más desposeídos. El componente
geopolítico en su discurso se hizo notar, al referirse insistentemente a la
defensa de sus territorios y de los recursos naturales que en ellos existen.
En lo adelante las comunidades indígenas de Ecuador estarán
ante un exigente desafío político, toda vez que, como sujeto político, han
adquirido un gran prestigio ante toda la sociedad ecuatoriana, aparte de que
las coyunturas que se presentarán, derivadas de la lucha por el poder en este
país sudamericano, las obligarán a asumir un papel de vanguardia. La defensa de
sus derechos políticos, económicos, culturales y educativos, y la resistencia que tendrán que
hacer a los planes de ampliación de la frontera petrolera y a la explotación
minera en la Amazonía ecuatoriana, son
tareas que deberán asumir con la mayor entereza y unidad posibles.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve
No hay comentarios.:
Publicar un comentario