Están disponibles en You Tube dos emisiones del
programa “Sacro y Profano” que conduce Bernardo Barranco, dedicadas a lo
que se conoce como la Guerra de los Cristeros o la Guerra Cristera, episodio
éste que ocurrió en México entre 1926 y 1929, cuyo saldo trágico se estima que
está por el orden de los 250 mil muertos. La palabra cristero es un derivado de
¡Viva Cristo Rey! (generalizado como los Cristos Reyes), el grito de guerra que
usaban los milicianos católicos alzados en armas contra el gobierno de Plutarco
Elías Calles.
La Guerra de los Cristeros puede ser considerada como un
conflicto geopolítico interno de alta intensidad, que tuvo como escenario principal
el territorio de los estados del centro-oeste de México (Jalisco, Guanajuato,
Aguas Calientes, Nayarit, Colima,
Michoacán, San Luis Potosí y Zacatecas). Se trató de la confrontación de
dos proyectos de país, con visiones contrapuestas. Por un lado, el proyecto
revolucionario de corte liberal de Calles y sus antecesores, y por otro lado,
el proyecto católico de restauración de la vida social en Cristo. En
ambos bandos participaron las masas obreras y campesinas fanatizadas, quienes
se sumieron en una lucha cruenta y despiadada.
El conflicto armado conocido como la Guerra de los Cristeros
fue el resultado de las tensiones que venían acumulándose entre el Estado
mexicano y la Iglesia Católica mexicana, principalmente a partir de la aprobación de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos de 1917, la cual, en su artículo 130, imponía
restricciones a la libertad religiosa y al poder clerical de los católicos. Esta
situación llegó a su clímax durante el gobierno de Plutarco Elías Calles, quien
impulsó la reforma del Código Penal, lo que obligó a los obispos católicos a
lanzar una suerte de Guerra Santa en defensa de la religión.
A todas éstas, a 90 años ya, desde que terminó la Guerra de
los Cristeros, son muchas las voces
mexicanas que se muestran alertas ante el surgimiento de expresiones católicas
conservadoras, de inspiración cristera, las cuales son vistas como amenazas
para el desarrollo y construcción de una sociedad plenamente democrática.
Entretanto, el 16 de octubre de 2016, durante su visita a México, el Papa
Francisco canonizó al Beato José Sánchez del Río, el niño mártir cristero,
quien murió torturado en Sahuayo (Michoacán), el 10 de febrero de 1928.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve