Recientemente Thomas
Marrier d’Unienville publicó en la página www.diploweb.com el artículo “L’océan Indien, nouveau centre du
monde?”, a través del cual explica el proceso geopolítico que se ha venido
construyendo en aguas del océano Indico y sus países ribereños, que están
haciendo de este espacio geográfico, el
centro del mundo.
Marrier d’Unienville comienza
su artículo recordando a Alfred Thayer Mahan, oficial de la marina estadounidense,
quien a finales del siglo XIX, dijo: “La potencia que domine el océano Indico
controlará Asia y el futuro del mundo se definirá en sus aguas”. Ese futuro,
por cierto, ya es presente, y en
pleno siglo XXI, el mundo todo mira hacia el océano Indico.
Desde el golfo Pérsico a las costas del este de África,
pasando por Malasia, las costas australianas y la Antártida, el océano Indico
cubre aproximadamente 70 millones de kilómetros cuadrados, y sus países
ribereños reúnen un tercio de la población mundial. Sus aguas permiten el
acceso a Europa y Asia, a través del golfo Pérsico y el canal de Suez. Un
cuarto de la producción mundial de petróleo transita por el estrecho de Ormuz,
y 4 millones de barriles circulan diariamente por el estrecho de Bab el-Mandeb,
en tanto que el 30% del comercio mundial transita por el estrecho de Malacca.
En el mapa anexo elaborado por Florence Amat (se recomienda
ampliar mapa), se puede apreciar la presencia de las potencias principales
(China, India, Estados Unidos y Francia), potencias secundarias (Irán, Arabia Saudita y Pakistán) y
otros países ribereños, con sus arsenales de bases militares, flotas navales,
puntos de apoyo naval, recursos naturales, vías de comunicación, estrechos
estratégicos y zonas de piratería, que hacen del océano Indico un complejo
escenario geopolítico, con un frágil equilibrio, y con condiciones exigentes
para el mantenimiento de la paz y la cooperación.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve
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