Una de las imágenes que más frecuentemente se pudo observar durante el
recientemente finalizado mundial de fútbol Rusia 2018, es la de jugadores de
origen africano que forman parte de las selecciones de algunos países europeos.
Planteles como los de los nórdicos
Dinamarca y Suecia, del germano Alemania, o de los francófonos Francia y
Bélgica, lucieron orgullosamente a sus estrellas afrodescendientes. Apellidos
como Sisto, Pogba, Umtiti, Lukaku, Fekir, entre otros, figuraron en las
alineaciones europeas que disputaron los diferentes encuentros del balompié mundialista.
Ese paisaje humano que se pudo apreciar en
las canchas de fútbol de las diferentes sedes del mundial Rusia 2018, es de
alguna manera el reflejo del paisaje humano que se ha venido conformando en
Europa durante las últimas décadas, el cual es el resultado de la progresiva incorporación a las sociedades
europeas de personas de origen africano, algo que está en pleno desarrollo, gracias a la ola migratoria que cada vez
alcanza mayores proporciones.
A propósito de esto, el periodista italiano
GiampaoloRossi, a través de su artículo “L’Europasarà africana. Lo vuolel’élite”,
publicado en el diario Il Giornale, pareciera sincerar la futura situación que
se vivirá en Europa. Rossi considera que Europa será africana con base en las
siguientes cifras: en el año 2050 África tendrá 2.500 millones de habitantes,
es decir, mil millones más de los que
tiene en la actualidad, en tanto que Europa contará con 450 millones de
habitantes, o sea, 50 millones menos de los que cuenta en el presente.
Al cabo de dos generaciones, África tendrá
100 millones de jóvenes con posibilidades de emigrar, después de haber superado
los niveles de subsistencia, contar con formación educativa, y tener recursos y
redes de apoyo en Europa que facilitarán la emigración. Europa será estremecida
y transformada. Este es el tema que en la actualidad ocupa a amplios sectores
de las sociedades europeas y las fuerzas políticas organizadas de los
diferentes países europeos. Dos vertientes marcan el rumbo: una
anti-inmigratoria y otra pro-inmigratoria. La fuerza humana africana empujará
desde el sur.
Por Alfredo Portillo