La representación cartográfica de un
fenómeno muchas veces ayuda a entender mejor las características de éste, ya
que lo presenta en su dimensión
territorial a diferentes escalas: nacional, regional, estadal, municipal,
parroquial, comunal, etc. Esto permite luego hacer un análisis detallado de la
diferenciación de los contextos territoriales específicos de dicho fenómeno.
Recientemente, la presidenta del Consejo
Nacional Electoral (CNE), Tibisay
Lucena, para explicar las medidas que se están tomando para garantizar la
realización de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, el próximo 30
de julio, mostró una serie de mapas que representan el fenómeno de las
protestas que se han llevado a cabo en Venezuela desde comienzos de abril de
este año 2017.
La cartografía mostrada por Lucena revela
que desde el punto de vista municipal, ha habido protestas (al menos un evento
de protesta) en 45 de los 335 municipios que existen en Venezuela, lo que equivale al 15 % del
total. En cuanto a la escala parroquial, las protestas se han manifestado en 75
de las 1.136 parroquias que conforman la malla político-territorial venezolana,
equivalente al 6 % del total.
El análisis territorial a escala
subparroquial, ha llevado al CNE a identificar una serie de zonas consideradas neurálgicas,
donde están ubicados algunos centros de votación, cuyos electores serán mudados
a centros de votación de otras parroquias o a un centro de votación de contingencia. Al
mismo tiempo, y como medida de control, el perímetro de seguridad de los diferentes centros de votación será de
500 metros. Por supuesto que todo esto hace recordar a Ives Lacoste, y a su
famoso libro “La geografía: un arma para
la guerra”.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve
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