Papa Francisco es un personaje que está
dejando huella en la Tierra, y seguramente pasará a la
historia como alguien que no ha sido ajeno a los grandes problemas que afectan
a la humanidad toda. Sus declaraciones, homilías, encíclicas y viajes a los
más disímiles países y regiones del
mundo, responden a una intensa agenda cuidadosamente planificada, con el objetivo de causar un profundo impacto en estos
convulsos tiempos que vivimos.
A
finales de abril de 2017 Papa Francisco viajó a la República Árabe de
Egipto, un país mayoritariamente musulmán y donde la población católica
representa apenas el 0,3 % del total. Por esto resulta oportuno preguntarse:
¿Por qué Papa Francisco viajó a Egipto?
Al respecto el historiador Jean Baptiste Noe publicó en www.diploweb.com
el artículo “Pourquoi le Pape est-ilallé en Égypte ?”, a través del cual
intenta dar una respuesta.
Noe considera que el viaje de Papa
Francisco a Egipto tuvo un triple propósito: pastoral, ecuménico e
interreligioso. Pastoral porque se encontró con los católicos egipcios,
ecuménico porque reforzó lazos con los coptos ortodoxos e interreligioso porque
estableció un diálogo con los musulmanes moderados, al reunirse con el rector
de la mezquita Al- Azhar.
Tomando en cuenta que Egipto es cuna del
cristianismo, ya que los cristianos coptos son el resultado de la
evangelización realizada por San Marcos en el año 48 de la era cristiana, Papa
Francisco busca la unidad geopolítica del cristianismo en los bordes del mar
Mediterráneo. También busca contener el islamismo radical y el yihadismo patrocinados
por Arabia Saudita, en un país que, como
Egipto, es muy proclive al radicalismo. Sólo un dato de los suministrados por
el Pew Research Center ilustra esta realidad: el 86 % de los egipcios está de
acuerdo con la pena de muerte para aquellos que abandonen el Islam.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve