Durante los últimos años de la llamada
Guerra de Vietnam, el geógrafo estadounidense Robert McColl publicó dos
artículos, a través de los cuales analizó ese fenómeno que estaba en pleno
desarrollo. El primero de ellos en 1969, con el título de “The Insurgent State:
Territorial Basisof Revolution”, mientras que el segundo, en 1975, titulado “Geopolitical
Themes in Contemporary Asian Revolutions”.
Entre los aportes de McColl están el haber
identificado la capacidad de los líderes del Frente Nacional de Liberación de
Vietnam y del Ejército de la República
Democrática de Vietnam, que actuaban desde el norte, para organizar a grupos
humanos que tenían diferencias desde el punto de vista de la edad, el sexo, el
origen étnico, la clase socioeconómica y la religión, y encauzarlos hacia el
objetivo común de derrotar a las fuerzas vietnamitas y estadounidenses que actuaban
desde el sur.
En tal sentido, McColl desarrolló el
concepto de Estado Insurgente, sobre el cual señaló lo siguiente: “Visto desde
el punto de vista de los desarrollos políticos internos, la creación de un
Estado Insurgente es de gran valor para un movimiento revolucionario
nacional. Primero, sirve como un refugio
físico para la seguridad de sus líderes y el desarrollo progresivo del
movimiento. Segundo, demuestra la debilidad e inefectividad del gobierno para
controlar y proteger su propio territorio y su población. Tercero, tal base
proporciona los recursos humanos y materiales necesarios. Finalmente, el Estado
Insurgente y sus organizaciones políticas y administrativas proporcionan al
menos un aire de legitimidad al movimiento”.
Así las cosas, la Guerra de Vietnam derivó
luego en la reunificación de los vietnamitas, en la creación de la actual
República Socialista de Vietnam, cuyo territorio, en forma de S
alargada, tiene una extensión superior
a los 330 mil km², donde habitan más de 90 millones seres humanos.
Por Alfredo Portillo