El territorio de la República Árabe
Siria es escenario de una
acentuada complejidad geopolítica. Es un
buen ejemplo para aplicar el concepto
lacostiano (Ives Lacoste) de geopolítica, entendida como las rivalidades de
poder y de influencias entre diferentes fuerzas
políticas que tienen por objetivo el control, la conquista, la defensa o
la utilización de un territorio.
Con una extensión de 185.180 km² y con una
población de unos 23 millones de habitantes, equivalentes a 1/5 y 2/3 las de Venezuela, respectivamente, el
territorio sirio está emplazado en el contexto geográfico de Oriente Próximo,
circundado al norte por Turquía, al este por Iraq, al sur por Jordania e Israel
y al oeste por el Mar Mediterráneo.
Desde el punto de vista
político-administrativo, el territorio sirio está dividido en catorce
provincias, siendo las más pobladas Damasco al sur, Tartus y Latakia al este y
Alepo al norte. La población que habita en estas catorce provincias puede ser
regionalizada según la tendencia religiosa a la que pertenece, tanto del islam,
como del cristianismo y de otros credos. Igualmente puede ser territorializada
de acuerdo con las diferentes etnias que se pueden identificar.
Según el mapa anexo, el territorio sirio
está en la actualidad geopolíticamente fragmentado. Cuatro grandes fuerzas
políticas tienen control absoluto o relativo de porciones específicas de éste:
las fuerzas pro-gobierno, las fuerzas anti-gobierno, las fuerzas kurdas y las
fuerzas del Estado Islámico. Cada una de estas fuerzas tienen aliados extraterritoriales:
Estados Unidos, Unión Europea, Rusia, China, Turquía, Arabia Saudita, Israel,
Qatar, etc. Un escenario, sin duda, complejo en el presente, y que será complejo en el futuro.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve
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