Hezbollah es al mismo tiempo, como lo dice
Melani Cammett en su artículo “Habitat for Hezbollah”, una fuerza militar, un
partido político y un movimiento social
organizado. Fue fundado en 1982 en Líbano, con apoyo de la Guardia
Revolucionaria de Irán, y tiene su
asiento en la comunidad musulmana chiita de ese país del Medio Oriente.
Actualmente militantes de Hezbollah luchan en Siria en apoyo al gobierno de
Bashar al Assad.
Como se observa en el mapa anexo (http://tlfq.ulaval.ca),
el Líbano, un país de unos 10.542 km², que limita por el norte y este con
Siria, por el sur con Israel y por el oeste con el Mar Mediterráneo, es multiconfesional, donde
coexisten musulmanes (chiitas, sunitas, drusos y alauitas) y cristianos
(maronitas, griego-oxtodoxos, armenio-ortodoxos y coptos), además de algunos
judíos. Precisamente, Hezbollah opera en las zonas chiitas de Beirut, en el sur
de Líbano y en el valle de Bekaa.
Hezbollah como organización cuenta con una
serie de recursos que le dan cierta fortaleza a la hora de poner en práctica su
hostilidad, principalmente hacia Israel
y Estados Unidos. Financieramente cuenta con el apoyo de Irán y Siria y de
libaneses chiitas que habitan en diferentes países del mundo. Militarmente sus
militantes cuentan con gran capacidad de combate y dispone de armamento
sofisticado. Comunicacionalmente hace uso de varios medios de comunicación,
entre los que destaca la televisora satelital Al-Manar, que transmite en árabe,
inglés, francés y hebreo. Y socialmente tiene un fuerte arraigo gracias a la
red de servicios de salud, educativos y de alimentación que maneja para asistir
a la comunidad chiita libanesa, en nombre de Dios.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve