Alberto Fujimori fue Presidente de la
República de Perú entre 1990 y el año 2000. Gobernó con mano férrea y le asestó
severos golpes a la insurgencia protagonizada por los grupos guerrilleros
Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Actualmente purga condena en la cárcel por delitos de lesa humanidad y
corrupción.
Después de 15 años de la caída de lo que se podría llamar fujimorismo,
y como una muestra más de lo cambiante que son las sociedades y la dinámica
política, el fujimorismo está en proceso de regresar a copar la escena en la
tierra del Inca Garcilaso de la Vega. Luego de los gobiernos de Valentín Paniagua,
Alberto Toledo, Alan García y el actual
de Ollanta Humala, existe la posibilidad cierta de que Keiko Fujimori, la hija
de Alberto Fujimori, salga triunfante en las elecciones presidenciales que se
van a realizar en Perú el próximo año.
De acuerdo con recientes encuestas, Keiko Fujimori tiene una
intención de voto de 35 %, aventajando ampliamente al resto de los aspirantes.
Para ello cuenta con el apoyo del partido Fuerza Popular, que agrupa
principalmente a los militantes del fujimorismo y a grupos evangélicos.
Curiosamente, la consolidación de la candidatura de Keiko Fujimori contrasta
con la desaprobación que tiene la gestión del Presidente Ollanta Humala,
cuya popularidad no supera el 20 %, a
pesar que la economía peruana cerrará este año con un crecimiento estimado del
4 %. Sin duda, un caso interesante para el análisis político.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve
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