La República Centroafricana o, Ködörösêsetî
Bêafrîka, en sango, la lengua nacional y también oficial en esta parte del
continente africano, es un país que
tiene una extensión de 622.984 km2 y cuenta con una población cercana a los 5
millones de habitantes. Está enclavado en el centro de África y tiene fronteras
con Chad, Sudán, Sudán del Sur, República Democrática del Congo, República del
Congo y Camerún. Su acceso al Atlántico es por vía fluvial, hasta alcanzar los puertos de Pointe Noire en
la República del Congo, y Duala en
Camerún.
En este país centroafricano, convulsionado
durante los últimos años por la inestabilidad política reinante, y por la
violencia derivada de los enfrentamientos entre la milicia Seleka, de
inspiración musulmana, y la milicia Anti-Balaka, de tendencia
cristiano-animista, se abre una luz de esperanza para la paz en estas semanas
finales del año 2015. Dos acontecimientos importantes habrán de ocurrir: en
primer lugar la visita que hará a la República Centroafricana, durante los días
29 y 30 de noviembre, el Papa Francisco;
y en segundo lugar, el 13 de diciembre se realizarán las elecciones
presidenciales y parlamentarias.
El Papa Francisco y los que resulten
electos el 13 de diciembre, deberán
trabajar a la par en procura de
estabilizar un país mayoritariamente rural, sumido en la pobreza
extrema, cuyo Índice de Desarrollo Humano es de apenas 0,343, pero que
contradictoriamente es rico en recursos naturales como uranio, oro, diamantes,
madera, biodiversidad y potencial
hidroeléctrico, al tiempo que es presa de una dinámica geopolítica interna
alimentada por diferencias étnicas y religiosas, y por una dinámica geopolítica
externa, en la que participan potencias regionales como Sudáfrica y potencias
europeas como Francia.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve
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