Al igual que ocurrió recientemente con Nepal, que
se mostró al mundo como resultado del terremoto que ocurrió en la Cordillera
del Himalaya, Burundi se muestra al mundo luego del intento de golpe
fallido contra el Presidente Pierre Nkurinziza. Sorprende la forma cómo
diferentes medios de comunicación enfocaron sus lentes hacia ese pequeño país
africano de la Región de los Grandes Lagos. Medios como CNN, BBC, DW, RT,
Telesur, entre otros, le dieron una significativa cobertura a los
acontecimientos en Burundi, como señal de la importancia que cualquier
territorio tiene en el actual contexto geopolítico global.
Lo primero que destaca de Burundi es la relación
que existe entre el tamaño de su
territorio y la cantidad de sus habitantes. En apenas 27.830 km² viven 11
millones de seres humanos, lo que da una densidad de población cercana a los
400 habitantes por kilómetro cuadrado, es decir, 12 veces más que la densidad
de población de Venezuela. A esto se le suman datos como el del Producto
Interno Bruto de Burundi, el cual apenas supera los 3 mil millones de dólares,
y el Indice de Desarrollo Humano, el cual
se ubica en la franja baja, con 0,390. Así que no debe sorprender la
información que da cuenta de los 100 mil burundeses que huyeron hacia Tanzania,
Ruanda y República Democrática del Congo, luego del sismo político de mediana
intensidad que ocurrió en la tierra del kirundi.
Sobre esa frágil malla
demográfico-territorial de Burundi, se superponen otros elementos geopolíticos
que conforman un escenario potencialmente explosivo. En primer lugar están las
tensiones étnicas que aún persisten entre la mayoría hutu (83 % de la población) y la minoría tutsi (14 % de
la población), como resultado de viejas cicatrices aún no sanadas del todo; en
segundo lugar, la participación de más de 5 mil soldados burundeses en la
Misión de la Unión Africana en Somalia, lo que convierte a Burundi en potencial
blanco de ataque de la milicia islámica Al Shabaab; y en tercer lugar, la
riqueza mineral que existe en Burundi, especialmente en la región norte del país,
tras la cual están grandes compañías multinacionales y grupos armados
irregulares.
Burundi, en estos días, se ha mostrado al mundo. Sus habitantes quieren decirle al mundo en kirundi: N’ameza, n’amahoro (Hay buenas noticias, hay paz).
Burundi, en estos días, se ha mostrado al mundo. Sus habitantes quieren decirle al mundo en kirundi: N’ameza, n’amahoro (Hay buenas noticias, hay paz).
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve
Lo he puesto por vuestro twitter, os lo copio y pego. Para que lo reviséis. Creo que enviaron a 1.700.
ResponderBorrar"Por dios como va a enviar Burundi de 9 millones de habitantes, 5 millones de soldados a Somalía. ¿Estamos locos?"