La visita, en estos días de abril de 2015,
de la Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodriguez, a Arabia Saudita, vestida
sobriamente, con su cabellera cubierta en señal de respeto a los saudíes, al tiempo que hacía
silencio ante la tragedia que se vive al sur, en Yemen, donde los muertos,
producto de los bombardeos de la aviación saudita, pasan ya del millar,
significa el fin del discurso geopolítico que durante 15 años se voceo desde
Venezuela.
Atrás quedaron las irreverentes palabras
que muchas veces pronunció el Presidente Hugo Chávez, en protesta por los
bombardeos de las potencias occidentales sobre los territorios de Afganistán,
Iraq, Libia y la Franja de Gaza. Atrás quedó el reciente discurso del
Presidente Nicolás Maduro, al recordar, en la Cumbre de las Américas, el
bombardeo estadounidense sobre el territorio del barrio Los Chorrillos, en
Panamá. Bien distante, en el tiempo, y registrado por escrito y
audiovisualmente, quedará todo cuanto se ha dicho a favor de la causa de los
“frantzfanonianos condenados de la Tierra”,
desde una perspectiva antiimperialista.
Delcy Rodriguez, con su silenciosa visita a Arabia Saudita, para hablar de los
precios del petróleo, ha dado paso a un nuevo discurso geopolítico oficial de
Venezuela, un discurso que no se basa en la irreverencia antiimperialista, sino
en el razonamiento geopolítico. Entiende nuestra Canciller, que Arabia Saudita
tiene unos intereses geopolíticos en toda la Península Arábiga, que deben ser
preservados, a costa de sangre y fuego, usando los más modernos aviones de
guerra suministrados por las potencias occidentales, al tiempo que ella, como
conductora de la política exterior de Venezuela, sabe perfectamente que la
estabilidad política venezolana depende en gran medida de la recuperación de
los precios del petróleo, y eso pasa por la aprobación de los todo poderosos
monarcas saudíes.
Finalmente en Venezuela se comenzará a
comprender en su justa medida eso de la
geopolítica, como expresión de las rivalidades de poder en el territorio. Ya no
se criticará tanto las acciones de Israel en la Franja de Gaza, o las de
Francia en Mali, o las de Estados Unidos en Afganistán, o las de Rusia en
Chechenia, o las de China en Sinkiang.
Todas esas acciones son comprensibles porque están de por medio los intereses
geopolíticos, y eso es sagrado, al decir de nuestra Canciller Delcy Rodriguez.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve
No hay comentarios.:
Publicar un comentario