La República de Mali está ubicada en el
occidente del continente africano. Su territorio tiene una extensión de
1.240.190 km2. Representada en un mapa,
esta nación tiene una curiosa forma de clepsidra oblicua, orientada de suroeste
a noreste, con dos regiones, una más extensa al norte y otro más pequeña al
sur, separadas por una zona estrecha en
el centro. Su perímetro limítrofe alcanza la cifra de 7.243 km, colindando por el norte con Argelia, por el este con
Níger y Burkina Faso, por el sur con Costa de Marfil y Guinea, y por el oeste
con Senegal y Mauritania. La distancia
entre el norte y el sur del territorio maliense
es de 1.600 kilómetros. Administrativamente la República de Mali está dividida
en ocho regiones: Timbuctú, Kidal, Gao, Mopti, Kayes, Koulikoro, Sikasso y
Segú, a las que se agrega el Distrito Capital de Bamako.
Con relación a este país africano, en la
Revista Venezolana de Ciencia Política (Nº 43, 2013) aparece publicado mi artículo
« El proceso geopolítico en la República de Mali (2012-2013) », en el
que se hace un análisis del conflicto que se vivió en este territorio durante
los años 2012 y 2013. En tal sentido, en dicho artículo se entiende por proceso
geopolítico al conjunto de acontecimientos relacionados entre sí, que
tienen que ver con las rivalidades de poder y de influencias en un territorio,
en el que participan diferentes actores que tienen objetivos de control,
conquista, defensa o utilización del territorio en disputa.
Las rivalidades de poder en el territorio
de Mali, con participación de actores internos, se manifestó, primeramente, a
través de la pérdida de control de una parte del territorio de la región norte
por parte del gobierno presidido por
Amadou Toumani Touré, como resultado de la rebelión iniciada por los tuaregs el
17 de enero de 2012, la cual fue liderada por el Movimiento Nacional para la
Liberación del Azawad (MNLA). Se inició así, por parte de esta organización
rebelde, un proceso de control
progresivo del territorio de la región del Azawad, cuya independencia fue
declarada el 6 de abril de 2012. Ante esta situación, otro actor interno, el
ejército de Mali, el 22 de marzo de 2012, tomó la decisión de insurgir y deponer a Amadou Toumani Touré, acción que
contó con el apoyo de numerosos partidos
políticos y asociaciones civiles, principalmente del Partido Solidaridad
Africana por el Desarrollo y la Independencia (SADI).
Por otra parte, en la dinámica geopolítica
en territorio de Mali, durante el período 2012-2013, participaron varios
actores externos. En primer lugar figura la Comunidad Económica de los Estados deÁfrica Occidental (CEDEAO), que medió para que los militares entregaran el
poder, después del golpe de Estado. Luego aparece la Unión Africana, que en un
principio suspendió a Mali como miembro de esa organización y posteriormente
aprobó el envío de tropas africanas a
territorio maliense. También participó las Naciones Unidas, que a través del
Consejo de Seguridad aprobó, el 20 de diciembre de 2012, la resolución 2085, a través de la cual se
autorizó el despliegue de una Misión Internacional de Apoyo a Mali con Liderazgo
Africano (AFISMA). Todo esto preparó el terreno para la participación de
Francia, el actor que modificó sustancialmente la dinámica geopolítica en
territorio de Mali. Francia pudo actuar
de manera acelerada, para para derrotar a la insurgencia al norte del país, porque contaba con sus fuerzas de intervención aérea y terrestre
desplegadas en Costa de Marfil, Chad, Gabón y Burkina Faso. Por supuesto que
Francia contó con el apoyo de otros países occidentales, entre los que figuran
Alemania, Bélgica, Canadá, Dinamarca,
España, Estados Unidos, Gran Bretaña, Holanda y Suecia.
Por Alfredo Portillo
alportillo@ula.ve
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