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domingo, 9 de noviembre de 2014

Ayotzinapa: Una operación comunicacional quirúrgica

Ayotzinapa, la pequeña localidad capital del municipio Tixtla, ubicada en  la región central del suroccidental  estado de Guerrero, en México, es el epicentro de un acontecimiento comunicacional que recorre el mundo. De allí, de Ayotzinapa, son los estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, que presuntamente fueron asesinados e incinerados por el grupo criminal Guerreros Unidos, luego de su desaparición forzosa ordenada por el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, el pasado 26 de septiembre. Al menos, esa es la versión que oficialmente ha dado a conocer, el pasado 7 de noviembre, el propio gobierno de México, en palabras del Presidente Enrique Peña Nieto.
Ayotzinapa: Una operación comunicacional quirúrgica
Tal como se han desarrollado los acontecimientos, pareciera que la presunta muerte de los 43 estudiantes de Ayotzinapa se sabía desde el mismo día de su desaparición forzosa, como lo informó el sacerdote Alejandro Solalinde, el pasado  19 de octubre,  pero debido a la crueldad del hecho y al  impacto que lógicamente tendría en la sociedad mexicana, se puso en marcha una operación comunicacional quirúrgica para revelar la verdad en una fecha próxima al viaje que tendría que emprender Peña Nieto a China, para asistir al Foro de Cooperación EconómicaAsia-Pacífico(APEC), para continuar luego a Australia, donde asistirá  a la Cumbre de Líderes del Grupo de los 20.
Y es que Peña Nieto, y la clase gobernante mexicana, esperan que el transitorio efecto comunicacional de la masacre de  Ayotzinapase diluya en el tiempo, y quede como una más de las tantas masacres que se cometen en México, gracias a la complicidad entre las fuerzas de seguridad y las organizaciones del crimen organizado. Peña Nieto y la clase gobernante mexicana, saben perfectamente que mientras ellos buscan consolidar los objetivos de “desarrollo” de México en un contexto geopolítico global, la “paz social” en el territorio mexicano sólo es posible conseguirla a sangre y fuego, acallando todas las voces que se alzan y resisten, como es el caso de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, quienes  simplemente cometieron el pecado de ponerse en medio del camino de factores políticos formales y factores del crimen organizado, que se disputan el control de territorios locales y regionales, al suroccidente de México, bien distante de China y de Australia
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Por Alfredo Portillo

alportillo@ula.ve

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