Recuerdo la oportunidad cuando John Kerry, en agosto
del año 2004, siendo candidato presidencial, a propósito de los acontecimientos
bélicos que por esos días ocurrían en Iraq, declaró que durante su gobierno
Estados Unidos nunca iría a la guerra, salvo en caso necesario. Casi diez
años después, el mismo John Kerry, ahora al frente de la política exterior de
Estados Unidos, acaba de comparecer ante la Comisión de Exteriores del Congreso
estadounidense, para explicar una posible intervención militar en Siria, y
dijo: “Sólo he planteado una cuestión hipotética sobre algunas posibilidades, y
estaba pensando en voz alta sobre cómo proteger los intereses americanos".
Precisamente, ese es el meollo del asunto: Estados Unidos
siempre tendrá alguna razón para considerar como necesario ir a la
guerra, a fin de proteger los intereses de los estadounidenses: Las guerras
necesarias de Estados Unidos. Por tal motivo, cada vez que esos intereses
sean pasados por el tamiz del razonamiento de la seguridad nacional,
surgirá la posibilidad de una guerra necesaria, y en consecuencia se activarán
los dispositivos militares, jurídicos, diplomáticos, económicos y
comunicacionales, que conduzcan a diseñar e implementar una estrategia que haga
a la guerra necesaria, una guerra exitosa.
Y es que sólo basta con observar un mapa de las fuerzas
militares de Estados Unidos en el mundo, para hacerse una idea de las
posibilidades que la dirigencia estadounidense tiene de pensar en guerras
necesarias. Para ello recomiendo detallar la infografía de DiploWeb donde se aprecia
en detalle las fuerzas militares estadounidenses por país, subcontinente,
continente y misiones de paz de las Naciones Unidas. Sería cuestión, para
complementar, de buscar un mapa donde estén representadas las bases militares,
el armamento desplegado y la tecnología militar disponible en todo el espacio
geográfico mundial, para entonces terminar de redondear la idea.
Por Alfredo Portillo
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