La solución biestatal para el conflicto palestino-israelí es
la única solución posible, ante una realidad que cada día así lo exige. Las
voces más sensatas del mundo, las voces más sensatas del lado palestino y del
lado israelí, así lo han hecho saber. La guerra no tiene más futuro en los
territorios de Tierra Santa. El Papa Francisco,
a través de sus llamados y oraciones, clama por la paz y por la creación
definitiva del Estado de Palestina. Dilma Rousseff, Presidenta de Brasil, ha
dejado claramente sentada su posición con relación al conflicto
palestino-israelí: no más guerra y sí al Estado
de Palestina. El escritor israelí Amos Oz, y el presidente de la Sociedad Israelí de Política Internacional, Avi Primor, son partidarios de la creación del
Estado de Palestina con ayuda financiera de Egipto, Israel, los países árabes y
las grandes potencias.
La coexistencia de
los Estados de Israel y de Palestina es una necesidad y una imposición de la
geopolítica. Es inimaginable pensar que los casi cuatro millones de palestinos
que habitan en Gaza y en Cisjordania, no vayan a tener su propio Estado. Porque
las preguntas son muy sencillas: ¿dónde va a habitar una población palestina
que tiene una identidad propia, una idea de nación, una visión geopolítica, y
que día tras día aumenta en cantidad? ¿Hacia
dónde va a ir el más de millón y medio de palestinos que habita en los
380 km² de territorio de la Franja de
Gaza? ¿Los van a echar al mar? ¿Los van a asesinar? ¿Y cuál será el destino de
los casi dos millones de palestinos que habitan en los 5.640 km² de
territorio de Cisjordania? La respuesta
a todas estas preguntas es una sola: Israel y Palestina deberán coexistir y
cooperar hasta el final de los tiempos.
Por Alfredo Portillo
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