Dada la importancia y vigencia del contenido de este
artículo “El desafío geopolítico de los uigures en China”, originalmente
publicado en aporrea.org
el 3-7-2013, se reproduce en este espacio.
El desafío geopolítico de los uigures en China
Durante los últimos días ha estado presente en los
diferentes medios de comunicación social, el caso de los violentos
acontecimientos que han ocurrido en la región de Sinkiang (Xinjiang), al
noroeste de la República Popular de China. Según las informaciones publicadas,
se han producido enfrentamientos entre miembros de la etnia de los uigures y de
la etnia de los han, especialmente en las localidades de Turpán y Lukqun, con
saldo de varias decenas de muertos y heridos. Las autoridades chinas han calificado
estos acontecimientos como actos terroristas provocados por extremistas islámicos
uigures contra la población han.
Más allá de la información publicada sobre este caso, está
el hecho del desafío geopolítico que para el gobierno de Pekín sigue
representando la población uigur que habita en la región de Sinkiang. Al
respecto, el investigador Nicolás de Pedro, publicó en el año 2008 un
interesante estudio intitulado “El conflicto de Xinjiang: la minoría uigur y la
política de Pekín”, en el cual señala: “A pesar de la calma de los últimos años,
el conflicto dista mucho de estar resuelto, y no es posible descartar por
completo un nuevo ciclo de desórdenes y violencia como el que sacudió Xinjiang
en los años 90” .
Durante décadas en el territorio de Sinkiang se han
confrontado dos visiones geopolíticas contrapuestas: la de los uigures
musulmanes que han aspirado a un Estado independiente, y la de la República
Popular de China, que siempre ha considerado a esta región como estratégica e
incorporada plenamente a su territorio nacional. La dinámica geopolítica ha transcurrido
entre la resistencia uigur y la imposición china, entre la reafirmación de la
cultura uigur y la sinización de los uigures.
La estrategia geopolítica de sinización llevada adelante por
Pekín, a través de la represión de los uigures, la inmigración de los han y el desarrollo
de grandes proyectos de infraestructura, le ha representado un mayor control
del territorio de Sinkiang. Un dato demográfico y étnico de gran importancia es
el siguiente: en 1949 la población uigur representaba el 76 % del total,
mientras que los han tan sólo el 7 %; actualmente los uigures representan menos
del 50%, siendo ya superados en cantidad por la población china de los han. Y
en el caso específico de Urumchi, la ciudad capital de Sinkiang, la proporción
han-uigur es de 75% a 13%.
Ahora bien, la importancia geopolítica que para Pekín tiene
la región de Sinkiang es evidente: Sinkiang limita con Mongolia, Rusia,
Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Afganistán, Pakistán e India, y constituye
un territorio de intercambio comercial con todos estos países limítrofes de
Asia Central y Asia del Sur. Además, posee inmensos yacimientos de hidrocarburos
y minerales, requeridos para el desarrollo de su proyecto nacional chino de
gran potencia. Así que, la población uigur sólo tiene dos caminos: el de la
asimilación incondicional o el de la resistencia islámica. Por eso, resulta de
interés la siguiente información publicada recientemente: “El diario oficial
chino 'The Global Times' ha acusado a facciones uigures de infiltrarse en Siria
a través de Turquía, para entrar en contacto con grupos armados de ambos bandos
de la guerra civil, con el fin de aprender sus métodos y atentar en China”.
Entonces, otros acontecimientos en Sinkiang con protagonismo uigur habrán de
ocurrir.
Por Alfredo Portillo
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